Pasar al contenido principal
Tipo de ruta
A pie
Dificultad
Baja
Distancia
9.00km
Duración
130 minutos
Desnivel subida
190m
Desnivel bajada
190 m

Ruta circular de dificultad baja, balizada y practicable durante todo el año.

Excepto pequeños tramos, todo el recorrido se realiza por pistas forestales y recorre los parajes de Las Malenas, Los Herreros, Las Pinosillas y Navarrondilla, donde nos encontramos con el punto geodésico que marca la altitud del cerro en 663m.

El inicio se encuentra en la misma carretera CL-501, en la entrada a Piedralaves llegando desde Madrid. Pasada la parada del autobús hay un parking para poder dejar el coche.

Poco después del inicio del recorrido en la calle Las Malenas, se pueden contemplar los cimientos de un puente que daría paso al proyecto de vía de tren que iba a circular por el Valle del Tiétar y, a continuación, la mejor zona de alcornoques de Piedralaves antes de llegar a la zona de dehesas donde predomina la encina.

En la ladera de la zona de Las Pinosillas, zona de bosque de pino piñonero, se encuentra una construcción recuperada y que se utilizó desde hace siglos para capturar lobos, denominada como El Corral de los Lobos. Este tipo de Corral, que es propio de la zona noroeste Peninsular y que fue utilizado tradicionalmente hasta mediados del siglo XX, consiste en un recinto circular cerrado con piedras de unos 3 metros de altura labradas a mano. La construcción tiene una característica forma de iglú, es decir, que cierra el diámetro de su abertura en la parte superior y su esquema constructivo está diseñado para hacer fácil la entrada del animal pero imposible su salida.

El corral está realizado a media ladera del cerro, de manera que la parte superior queda casi a nivel del terreno por lo que para poder llevar a cabo su construcción excavarían parcialmente el perfil.

El funcionamiento de esta trampa es sencillo: en el interior del corral colocaban un cordero o un cabrito a modo de señuelo y siempre con la intención de recuperarlo. En el interior del corral podemos observar cómo hay esculpida una pila para que el pequeño señuelo pudiera beber durante el tiempo que pasara en el interior, así como una pequeña abertura construida a modo de puerta, para que una vez el lobo se precipitase al interior del corral, el cordero o cabrito se pudiera esconder y no llegar nunca a ser atrapado por el lobo. Cuando el encargado de vigilar el corral se daba cuenta que un lobo había caído en la trampa, avisaba a varios vecinos para someterlo y darle muerte. Una vez muerto, entraban por una pequeña puerta que accedía al corral para sacar al lobo, al que más tarde trasladaban al pueblo a modo de victoria ya que esta fiera causaba grandes mermas en las poblaciones del ganado de nuestros antepasados. 

Especies como el corzo, jabalí, ciervo y zorro o las rapaces milano real y águila calzada habitan en este paraje que también tiene un alto valor micológico, ya que en la temporada de recolección de setas es un lugar típico para la crianza del Níscalo.