Recorrido circular, de dificultad media y completamente balizado.
A lo largo de esta ruta, que es practicable todas las estaciones del año, pasearemos por senderos de montaña y pistas forestales.
Durante el recorrido podremos conocer un bosque de castaños y un robledal de excepcional belleza; el ecosistema más evolucionado de toda la sierra de Gredos, el “Castañar de la Angostura”. Se trata de un bosque de castaños de singular formación de fustes delgados y muy largos que deja en espacios abiertos ejemplares de grandes dimensiones. También podremos disfrutar de los Robles melojos más añejos del Sistema Central, con un porte inigualable.
Al ser un recorrido de nivel medio en dificultad y duración, aconsejamos llevar calzado adecuado para montaña, bastones y pequeña mochila con lo necesario para una marcha entre 3 y 4 horas.
El inicio de la ruta es en el aparcamiento de la charca de la Nieta, donde se encuentra el panel informativo de la ruta.
Los primeros kilómetros serán de subida y transcurrirán por antiguos arrastraderos de pinos hasta alcanzar la pista que nos llevará hasta El Riscazo para retomar de nuevo las trazas del sendero cuyo descenso es pronunciado en varios tramos por lo que hay que prestar mucha atención al terreno, y que nos devolverá a la pista (fuente) que nos acercará al comienzo de la ruta.
A medida que se va ascendiendo, se pueden observar los cambios de vegetación arbórea; lo que comienza siendo un bosque de pino resinero da paso a zonas de bosque mixto donde se mezclan los robles melojos con los castaños.
Algunas paradas imprescindibles en la ruta son:
- El Roble de los Manaderos, que encontramos una vez pasemos la fuente de Piviana y que se encuentra en el margen derecho de la pista por la que transitamos. El Roble de Los Manaderos es un espectacular Roble Melojo (Quercus Pyrenaica) datado con más de 400 años de existencia; es el llamado “abuelo de los bosques de Piedralaves”.
- Los Pinos Cascalbos centenarios (Pinus nigra) son otra de la parada obligatoria de esta ruta. A los Pinos Cascalbos se les reconoce por su rectitud, diámetro, altura y fuste de color gris blanquecino.
- El Castañar de La Angostura, del que se puede disfrutar en cualquier época del año aunque es el otoño el mejor momento para contemplarlo por la variedad de sus colores y los frutos que en él se pueden encontrar: castañas y setas.
- Y por último el Riscazo, también conocido en la localidad como “el despegue de parapentes”, que es una atalaya natural con unas inmejorables vistas del Valle del Tiétar.
Después de pasar el castañar y antes de llegar a El Riscazo, atravesaremos la llamada “Era de los Collados”, que recibe este nombre por ser, antiguamente, una zona de sembrados.
Una vez contempladas y disfrutadas las vistas desde El Riscazo es el momento de comenzar el sentido descendente de la marcha. A pocos metros de allí, se distingue la señalización de un punto de interés de la zona donde se pueden ver un antiguo refugio resinero y un Chozo, y conocer la historia de ambos. Un lugar ideal para hacer un descanso y coger fuerzas mientras se disfruta del encanto del lugar. De vuelta a la ruta inicial, desde El Riscazo solo queda continuar la marcha en sentido descendente por una senda que sale por debajo de la pradera del despegue de parapentes. El recorrido de la senda está bien marcado por la pisada y de allí se sale a una pista que se tomará hacia la izquierda. A pocos metros la senda continúa hasta al derecha de la pista y desemboca en una pradera con un gran pilón conocido como El Coladillo. Una vez atravesada la pradera, entre rocas vuelve a aparecer el camino que habrá que tomar para iniciar la bajada por una acusada pendiente y terreno suelto. Posteriormente se llega a una pista donde se encuentra una fuente, la conocida como “Fuente del Pajar de Curito”. Continuaremos el camino por la derecha de la pista donde se inicia un tramo asfaltado que es recomendable recorrer en zigzag debido a la fuerte pendiente. Poco después se llegará a Las Lancheras, que es el punto de partida de esta maravillosa ruta.
Entre los mamíferos de la zona están el zorro, la garduña, la comadreja, la gineta, el tejón, el corzo, el jabalí y el ciervo.
El mundo de las aves de la ruta de La Angostura es rico y diverso. A lo largo del recorrido se pueden contemplar joyas de la fauna ibérica como el buitre negro, el águila real, el azor, el gavilán y el águila ratonero común. Abundan las pequeñas aves forestales como herrerillos, carboneros, trepadores azules, pica pinos, etc.