Piedralaves está enclavado en la ladera de la montaña y eso se refleja en la estructura y fisonomía del pueblo, también las características climáticas de la zona y los materiales que se encontraban a su alrededor y se podían utilizar condicionaron la arquitectura desde tiempos antiguos.
La localidad que definió Camilo José Cela en su libro “Judíos, Moros y Cristianos” como “linda y minúscula como una flor”, ha crecido mucho desde los años 50 a esta parte como consecuencia de ser una de las primeras que creyó en la importancia del desarrollo turístico.
La adaptación al medio originó la irregularidad del trazado de sus calles que podemos observar en los antiguos barrios como “El Venero”, “El Horderón” o “El Cerrillo”, donde las calles son tortuosas, estrechas e incluso, a veces se cierran en típicos rincones; fueron creadas con unas dimensiones apropiadas para las necesidades del momento en que se hicieron, y por eso hoy en día resulta difícil la circulación de camiones o incluso coches en algunos casos. Este plano desordenado y anárquico no obedece a ningún plan preconcebido sino a un crecimiento espontaneo con una trama compacta o cerrada, donde las construcciones se alinean unas junto a otras dejando sólo pequeños patios interiores.
La vivienda tradicional constituye un reflejo de la vida de sus habitantes y ha sido ajena, en general, a las ideas de comodidad y confort tal y como las entendemos hoy, la propia economía de sus inquilinos determinaron decisivamente la tipología, funciones y características de esta vivienda popular. Tradicionalmente, la casa era un espacio en el que se unían la función de vivienda con las propias de la explotación agropecuaria (almacén, granero, bodega, corral).
El atractivo de esta arquitectura popular reside fundamentalmente en los materiales empleados para su construcción, proporcionados por el entorno: piedra de granito para los cimientos y la planta baja y madera de roble, pino y castaño para las vigas, cuartones, techumbres, balcones y aleros.
Las casas suelen presentar estrechas fachadas estructuradas en dos cuerpos y con plantas irregulares. La planta baja está construida en mampostería y en la fachada destaca la puerta adintelada, en el dintel junto al signo de la cruz o algún otro símbolo religioso consta la fecha en que se levantó la vivienda; en esta planta se encontraba el portal de entrada, la cuadra y la bodega. En la planta superior el elemento más significativo es el balcón de madera que se cubre con el alero saliente del tejado, en esta planta se encontraba la vivienda propiamente dicha y finalmente, por encima de esta planta se encontraba el sobrao, una planta diáfana que se solía usar como almacén o secadero.
Todavía en Piedralaves se puede pasear y descubrir hermosas casonas de arquitectura tradicional con siglos de historia.